Hay pasados que no perdonan y obsesiones convertidas
en bucle, porque del mismo modo en el que necesito un cigarro para recobrar el
aire sabiendo al mismo tiempo que estoy ahogando mis pulmones en petróleo, sigo
leyendo una y otra vez la última noticia.
Soy una
niña, tu niña, que viaja de vieja en recuerdos vestidos de luto, soy la chica
morena, viento de vela en melena y buscadora incesante de la realidad verdadera
porque vivo enredada en adicciones que nada tienen que ver con lo material sino
con la insatisfacción vital del que siente que lucha guerras ya perdidas, pero
hasta el final.
¿Mi niña,
siento todo el daño que te hicieron, pero sabes qué? una vez me dijeron ¿a dónde vas chica revolver?
Frena, y desde entonces me gusta el sonar de las balas haciendo percusión en mi
caja torácica, pero de vez en cuando se disparan y siento el poder que tengo;
pero también me asusta. Porque dicen que tocar fondo sirve para volver a coger
impulso, pero a veces no es más que para aprender a avanzar a rastras. No hay
nada peor que ya no estar ni triste ni enfadada ni cansada, sino decepcionada
del mismo vaivén de la justicia, vocablo que nada se ajusta con la realidad en
este caso. Ahora… me toca improvisar
otra táctica de supervivencia, invertir la balanza, convertir el proceso en
pausa y volver a empezar.
Una mala
época, me preguntan, y yo sonrío porque parece que incluso para llorar los
demás te tienen que dar su permiso. Parecer fuerte es todavía más duro que ser
débil, siempre lo he pensado y yo lo único que necesito es que por una vez las
cosas sean fáciles y justas, aunque sé que, aunque no lo sean voy a seguir
luchando. ¿Y por qué voy a hacerlo? Porque no se rendirme. Seguir seguiré sin
condición y por un poquito de rabia, seguir seguiré porque es cierto, que,
hablando de ti, no sé ni quiero rendirme.
Hace tiempo
que no te escribo, y eso no significa que no te piense, porque lo hago cada mañana,
esto significa que va pasando el tiempo y los días cada vez pesan más, porque
dicen que se supera, pero no, se aprende a vivir con el vacío dentro, ese vacío
que no se llenará jamás, porque tú has sido eres y serás la persona más
sincera, y leal que se ha cruzado en mi vida. Nuestra conexión es especial, nadie
consigue que me brillen los ojos en una despedida como lo hacías tú, nadie es
capaz de entender mis quebraderos de cabeza, mis miedos, mis lágrimas, ni mis
sonrisas.
Te voy a
querer toda mi vida, yo sigo pensándote cada día, tu sigue cuidándome desde la estrella
más bonita del cielo.
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Tu pequeña.